14 de octubre de 2012

Travesía



La expresión de una gota al caer entre ramas,
valiente, vertiginosa, sin escrúpulos.
Su reventar te recuerda victoria,
quiere ser como una rueda arrastrando vida.

La gota se encuentra a kilómetros y, a la vez, está conmigo,
parece poseer alas en su placer de encontrar libertad y virtud.
Nada dice que se quedará para siempre,
su frenético comportamiento da a revelar su misterio.

En un umbral rodeado de candelabros estoy,
mi querida gota parece disfrutar el resbalín de mis ojos.
Descendiendo va, usando mi nariz como posadera
para finalmente terminar su camino en mis pies.

¡No te vayas! Te deseo.
Anhelo tu pasión y frescura.
¡No te vayas! Quiero admirarte,
detenerme un minuto a sentir tu esencia.

 ¿Qué sabemos de amor? ¿Qué sabemos de mantener calor?
¡Desearía que lo superficial fuera complejo!
Sólo sabemos transportar nuestros huesos a un lugar llamado hogar.
Sólo sabemos hacer de nuestras palabras un mar de destrucción.

Luciérnagas parecen alumbrar mis sueños,
veo a mi delicada gota en un resplandeciente lugar.
Mi escalón purpura aparecía de nuevo,
al igual en que en mis mas afiebradas fantasías.

Ese escalón transportaba a mi gota,
la transportaba a una mayor magnificencia.
Escalón purpura y gota unidos,
cantando la sinfonía de los colores fulminantes.

Gota, renaces de nuevo en mi vida,
te refriegas con la fragancia del viento.
¡Ahí estás! En ese espacio donde se confunde liviano y denso.
En ese lugar donde se cree vivir de emociones temporales.

¡No te fugues! No deseo un momento efímero,
aún cuando seas intangible a mis manos.
Te veo centellear en ese frenesí que te provoca la vida,
te veo sonreír con tu inocente mirada.

Espíritus jóvenes se atraviesan en la transversa ruta,
pasean díscolos ante lo que parece una simetría perfecta.
Ellos no poseen tu experiencia, mi gota
tú no lo puede contar lo que hay detrás de las hojas.

Contemplo la línea infinita que traza el océano,
el rugir de las olas es la más dulce canción.
Gota traviesa mira por donde naufragas,
cada movimiento es más bello que una mariposa al batir sus alas.

Al igual que un juego de niños,
tu inocencia y fragilidad son tu mayor defecto.
Posees un lenguaje ensordecedor,
y tu silencio se asimila a un estruendo.

Sigues deslizándote en la llanura de los cerros,
bajas sola y sigilosa porque el sol no es tu aliado.
Tu travesía te lleva a frondosos bosques,
donde paseas jubilosa vistiendo a las flores.

Si te escondes querida gota, romperás mi corazón,
Prefiero verte girando con locura y simplicidad.
Giras y giras entre cielo y mar,
Tu viveza es mi sustento y mi consuelo tu sinceridad.
                       
Como una nube vas, danzándole al viento.
No te retractes de tu viaje,
sin principio y de final abierto,
sin retorno ni arrepentimientos.

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