"No es difícil saberlo -afirma-. Hay que preguntarse cómo se sentiría uno si una noche fría y de lluvia, a las dos de la mañana, lo llaman para atender un paciente grave. Si después de una leve incomodidad, lo que siente es gratificación de ir a ayudar a un semejante, ése será el verdadero médico. Si va, pero va molesto, ése no es médico, no tiene auténtica vocación."
Benaim
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