Cuando pienso que estoy, entonces soy. Solo al comprobar que algo hago o pienso me doy cuenta que existo. En cada segundo que pasa me doy cuenta de lo efímero de la vida y que nada somos si no dejamos una huella. A pesar de lo corto que es el tiempo que tenemos prestado en esta tierra, defiendo la postura que la vida aquí no acaba con la muerte, sólo termina cuando somos olvidados y en la memoria de nadie resuena nuestro nombre. Probablemente, hay personas mas vivas que yo misma, acaso ¿alguien se ha olvidado de Neruda? No, porque dejó una marca en el corazón de millones. Personalmente, me gustaría que me legado fuera un puente entre lo tangible y lo intangible, así como lo es entre este lápiz y mis sentimientos.

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