11 de julio de 2019

Segundas oportunidades

A veces cuando tocan una puerta a la que le habías puesto seguro, dudas si dejar de entrar a la persona detrás. Porque eso significa romper el candado y que las cadenas oxidadas se caigan.
Te da miedo de no ser capaz de volver a cerrar la puerta, que te falten las fuerzas o al contrario; que ya no quieras cerrar la puerta y que esa persona vuelva a la habitación y la destruya nuevamente.
Da miedo volver a confiar, da miedo entregar la seguridad que te costó construir. Por eso siempre doble piensas, por eso siempre ves los pros y los contras, tu cerebro versus tu corazón. Esa batalla constante que a veces se lleva uno, pero que siempre termina ganando la guerra el otro.