11 de marzo de 2015

Cafeína



Odio el desorden pero vivo rodeada de él. Parece que me busca dentro de los espacios que quiero cerrarle. La lectura ha sido siempre mi gran placer y fue la misma la que me traicionó en mi intento de tenerla. Días atrás buscando un libro entre mi ropa, perfumes y demases encontré una nota que  me estremeció y me recorrió de pies a cabeza con frenesí. "Te quiero mucho" estaba escrito en un papel olvidado en el fondo del mueble, estaba ahí precisamente porque yo no quería recordar la manera en que me hacia sentir. Tal vez, porque en cada ocasión que intentaba olvidarlo terminaba fallando miserablemente. Fue así como esas letras ya casi borradas por el tiempo, fueron suficientes para añorarlo. De golpe, visualicé con tristeza ese último beso que el viento dejó sin rastros. Acto seguido, contemplo la imagen de sus dulces ojos café ... Y quizás ahí, en ese detalle es donde está el problema. Es bien conocido el efecto que la cafeína tiene en el cuerpo, actúa sobre el cerebro y a la vez un poco en el corazón. Pues bien, esos ojos café generan algo de eso en mi ... hoy son ellos los que me tienen en insomnio y con el corazón trabajando más rápido. Porque, aún tengo grabada la imagen de esos ojos, SUS ojos alejarse en esa fría tarde de febrero ; dejándome para siempre sumergida dentro de su adicción.

10 de marzo de 2015

Vuela lejos

Él me habla y mi cuerpo tirita. Trato de conservar la calma y recordar mantenerla porque ese es el plan, la calma. No haré nada para llamar su atención, no la merece. Perdió todo tipo de atención al sembrarme de ilusiones una y mil veces; ahora no las tiene y no las ganará con un simple hola. Cómo me hubiese gustado que todo hubiese sido distinto y poder disfrutarlo a diario, pero él no lo quiso así y está bien de esa manera. Ahora que vuele lejos, donde no me opaque con su sombra. 
Celos, sí. Me da un poco de celos saber algunas cosas de casualidad y sin querer. Celos ... qué mal sentimiento.