Despertar cada mañana con el sonar de la alarma. Cansada aún por el ajetreado día que ya pasó, pero convencida de una cosa muy simple: este sueño físico es el medio (único y por lo tanto mas complicado y desafiante) para cumplir con tu SUEÑO mayor ... ese para el que no necesitas cerrar los ojos para imaginarlo, ese que tiene un espacio reservado en tu corazón, ese que puede mover montañas invencibles, ese que logra poner el brillo en tus ojos para mirar el nuevo día.
Todo aquello por lo que uno se sacrifica y para lo que motivamos a nuestro espíritu para que realice una acción es complejo y lleno de obstáculos que nos hacen dudar de la real importancia que tiene para nosotros. Cada caída, cada rodilla herida, cada lágrima derramada deberían ser recordatorios en nuestra mente para que no olvidemos que si bien se puede perder una batalla, la guerra se debe seguir luchando porque aún no está perdida. No debemos ser ingenuos y pensar que todo es color de rosa, no. Al contrario, hay que idear estrategias y forjar las armaduras para defendernos en el campo de batalla. Pensar en el dolor que nos produce una decepción no nos hará seguir avanzando al lugar que anhelamos llegar. Los errores cometidos deben ser lecciones aprendidas. Nada de lo que vivamos puede ser en vano, de todo aprendemos, absorbiendo hasta la ultima gota de conocimiento, memorizando y practicando.
No siempre obtendremos lo que deseamos, pero no por eso vamos a bajar la guardia, cruzar los brazos, agachar la mirada y simplemente conformarnos y dejar de intentar. Muchas veces cuando creemos que no ganamos nada el destino estaba supliendo una necesidad que no supimos valorar.
Vencerse no es opción. Si queremos dejar una huella, aportar, cambiar, mejorar en algo el esfuerzo es lo único permitido. Personalmente, no quiero ser alguien más en este mundo. Sé que mi paso aquí es fugaz pero no quiero ser como una brisa de viento que se va sin dejar rastro. Por esto, agradezco a Dios por el lugar donde me tiene parada. El futuro puede ser incierto, pero está en mis manos tomar las riendas de él y me estimula pensar en lo que viene preparado para mi. El camino siempre será cuesta arriba, ningún milagro me transportará hacia la cima pero sé que cada paso dado es uno menos para encontrar el refugio que se encuentra ahí, dónde podré mirar hacia atrás y dónde el sol me mostrará lo que viene por delante y lo que puedo lograr.
En resumen, por todo lo dicho y mucho más es que al sonar la alarma en la mañana una sonrisa cruza mi rostro ... estoy un día mas cerca de hacer realidad mis sueños.