1 de julio de 2012

Analogías

Todo es igual a todo, estamos en un mundo redondo en dónde tarde o temprano llegaremos a un mismo punto que ironicamente será tanto el punto inicial como el punto final. ¿Para qué avanzar entonces si eventualmente estaremos frente al mismo lugar dónde comenzamos?. En eso estaba meditando cuando recordé una de mis películas favoritas y hacia una analogía con mi vida ...



Edward pertenecía a otro mundo.Nunca debió ingresar a el mundo de ella porque jamás encajaría en el. Si bien el tenía las mejores intenciones y probablemente un insipiente amor por lo que había descubierto,  jamás serían suficientes para compensar el entorno en el que vivía y se enfrentáría si tomaba la decisón de quedarse con ella. Vendrían los prejuicios, las dificultades de ser de la forma que era (diferente) y aunque parecía hecho para soportar los dolores que surgirían, nadie puede vivir con un peso por siempre. Finalmente se cansará. El tuvo que tomar la decisión de huir de lo que no era su realidad, volver a su refugio, que nunca debió dejar. Lo mas probable es que él se olvidaría de ella una vez que retomara el ritmo de la vida que solía tener. Pero para ella su paso no sería indiferente nunca y siempre lo recordaría como el gran amor que tuvo y nunca pudo ser.