23 de abril de 2012
21 de abril de 2012
Superlativa emoción de flotar en la densidad penumbrosa de fallar en un intento de los tantos que los desafíos imponen. Si no fuera difícil acertarle al arco entonces todos seríamos ganadores. Que una piedra en medio de los carriles del tren que nos lleva a destino no sea lo que se interponga a lograr nuestro objetivo. Es imperante comprender que aunque seamos los únicos en fallar nuestro espíritu no debe decaer, quizás es tan solo para fortalecernos y así no confiarnos demasiado de nuestras destrezas y habilidades, y entonces, de esta manera ponemos el doble de nuestro esfuerzo y motivación a esas pequeñas rugosidades que parecían insignificantes pero que sin la dedicación necesaria pueden transformarse en una roca que nos obstaculiza la luz. Siempre se pueden revertir las cosas. Muchas veces tan solo debemos mirarlas desde otra perspectiva, o tan solo, tal como una fotografía, invertirla y así entender que la belleza que antes poseía no se ha ido, sólo trastocamos la posición que considerábamos original a una no convencial.
La belleza de la vida está en las incertidumbres que nos asombran con cada hallazgo. Estancarnos y dar vueltas en el mismo lugar no nos llevan a ningún sitio. El conocimiento es poder y satisfacción personal, es como la reconstrucción de piezas perdidas dentro de nosotros. Anhelo que serendipias me lleven mucho mas allá de lo que yo misma puedo imaginar.
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